Kate y William dan la bienvenida con alegría a Harry y Lilibet al Palacio Real mientras Kate le otorga a Lilibet un nuevo título
En una conmovedora muestra de unidad, el príncipe William y la princesa Kate dieron una cálida bienvenida al príncipe Harry y a su hija de cinco años, Lilibet, a la familia real durante su emotivo regreso al palacio real. Este momento significativo marcó un punto de inflexión en la relación de la familia, ya que Kate le otorgó un nuevo título a la joven Lilibet, consolidando aún más su lugar dentro de la familia real.
Harry y Lilibet fueron recibidos con los brazos abiertos cuando llegaron a las puertas del palacio. William y Kate, visiblemente emocionados por el reencuentro, abrazaron a Harry, lo que indicaba una nueva cercanía entre los hermanos. Para la pequeña Lilibet, la visita estuvo llena de asombro mientras exploraba los pasillos del palacio que su padre le había descrito a menudo.
El momento más destacado del día se produjo durante una reunión familiar privada en una de las grandes salas del palacio. La princesa Kate, conocida por su carácter protector e inclusivo, sorprendió a todos al anunciar un título especial para Lilibet: “La pequeña rosa de Windsor”. El título, arraigado en la rica herencia de la familia real, refleja la conexión de Lilibet tanto con su linaje británico como con su homónima, la reina Isabel II.
Fuentes cercanas a la familia real comentaron que el gesto fue muy significativo para Harry, quien a menudo ha buscado asegurarse de que sus hijos permanezcan conectados con su herencia real a pesar de vivir en el extranjero. “La decisión de Kate de otorgarle este título a Lilibet no fue solo simbólica; fue un acto sincero para unir más a la familia”, señaló una fuente.
La reunión estuvo llena de momentos alegres, ya que William y Harry recordaron su infancia mientras veían a sus hijos interactuar. Se dice que Lilibet jugó feliz con sus primos, el príncipe George, la princesa Charlotte y el príncipe Louis, y forjó vínculos que muchos esperan que sirvan para salvar la distancia física que separa sus vidas.
Los observadores señalaron que esta reunión podría marcar un nuevo capítulo para la familia real, centrado en la sanación y la unidad. El papel de Kate en el fomento de este espíritu de reconciliación fue especialmente elogiado, y muchos destacaron su capacidad para aportar calidez y estabilidad a la familia en tiempos difíciles.
Cuando Harry y Lilibet abandonaron el palacio más tarde ese mismo día, quedó claro que la visita había dejado un impacto duradero. Lilibet, sosteniendo en la mano un pequeño ramo de rosas que le había regalado su tía, se despidió con una amplia sonrisa. Para la familia real, el día fue un paso esperanzador hacia la superación de las divisiones pasadas y la concepción del futuro juntos.